miércoles, 1 de noviembre de 2017

En busca del equilibrio vital

¿Sabes cómo cambió nuestra infancia? Mira la imagen superior.
¿Te sorprendió? ¿O no tanto?

En este artículo te propongo, en primer lugar, hacer una pequeña reflexión sobre la necesidad de encontrar un equilibrio entre el tiempo en que usamos la tecnología en la red y el que no.


Esta imagen la encontré hace casi tres años. En ese momento no estaba pensando sobre el equilibrio, tampoco sabía de comunicación y educación, pero guardé esta imagen. No sé exactamente para qué. En ella se observa una acción pasada, totalmente,  y otra que todavía continua hoy en día. Es una imagen realmente muy impactante pero muy actual. ¿Y qué vemos?

1.    Que no son iguales estas dos infancias, sino que son muy distintas.
2.    Que muy probablemente lo que vemos en la primera imagen no volverá a nuestra vida.

Entonces, alguien puede decir: “¡Bueno, es solo imagen, nada más!”. Pero no estoy de acuerdo. Esta es nuestra vida. La vida actual. No es tan solo una imagen.
Alguien puede decir: “¡Bueno, es solo imagen, nada más!”. Pero no estoy de acuerdo. Esta es nuestra vida.

Preocupado por el gran cambio en la infancia y por el uso intensivo que se hace actualmente de la tecnología y la red, indagué en artículos, vídeos, recursos y plataformas y descubrí una narración fenomenal. Se llama “El elefante encadenado”, de Jorge Bucay, escritor y psicólogo argentino. Me tocó mucho esta historia y aprendí que sí, que, exactamente, esta situación es un ancla con cadena.

Un rato después, uno a uno, paso a paso, llegaban (salían) los términos principales de mi idea. Estos son: encadenados y desencadenados. También: la vida cotidiana real (VCR) y la vida cotidiana virtual (VCV).

Un par palabras sobre los términos.

El concepto de “encadenados” se refiere a  las personas que no conocen otra manera de vivir, otras oportunidades y posibilidades que no contengan tecnologías y redes sociales. Personas que están tan acostumbradas a utilizar las redes sociales que ya no pueden vivir sin ellas. También que pasan más tiempo con un móvil en sus manos que de la mano de sus hijos, o padres, o abuelos. Son personas que prefieren acumular “likes” que charlar con sus amigos personalmente, personas que físicamente, emocionalmente y mentalmente están “encadenadas” a su móvil 24 horas al día.

“Desencadenados”, en cambio, se refiere a las personas que saben y (o) que han aprendido claramente que las tecnologías existen para mejorar sus vidas. Que son solo una herramienta que te permiten contactar con tus parientes y amigos (verdaderos y reales) a través de largas distancias. También ofrecen oportunidades y posibilidades para el trabajo conjunto sobre diversos tipos de tareas y proyectos. Que te apoyan a crecer y superarte a través de MOOCs, e-leaning etc. Porque, al final, el objetivo principal de la tecnología me parece que debería ser darnos más tiempo libre para disfrutar la vida real, no la virtual.

Por otro lado, la vida cotidiana real (VCR) se refiere todo que hacemos en el mundo real  (verdadero), mientras la vida cotidiana virtual (VCV) es todo que hacemos en el mundo virtual (ficción).

En mi opinión, estamos todos encadenados. Pero con diferentes tipos de cadenas. Cada uno tiene las suyas. Algunas de ellas no son tan pesadas, otras pesan demasiado. Unas son cortas, por unos días, y otras a lo largo de toda nuestra vida. Unas nos gustan y otras nos molestan.

Niños encadenados

Y, quizás lo más preocupante: ¿Cómo desencadenamos a los niños?
Las primeras preguntas que deben plantearse los padres son las siguientes: ¿Qué tecnologías usan sus hijos?¿Para qué las utilizan? ¿Cómo las utilizan?
Para, posteriormente, continuar con las siguientes: ¿Dónde pueden encontrar los recursos educativos? ¿Cómo controlar los contenidos o el acceso a Internet? ¿Cómo controlar el tiempo que dedican sus hijos a estas tecnologías?


Además, es bueno hablar en familia sobre:

— Los contenidos que se pueden encontrar en la red (y pedir a los menores que muestren a sus padres las páginas que consultan)
— La conveniencia de no proporcionar los datos personales y los riesgos de facilitarlos
— Las implicaciones de Internet respecto a la información que se proporciona (se trata de una red pública a la que puede acceder todo el mundo y si no se ponen barreras, se puede perder la privacidad)
— Los correos y chats que pueden recibir de personas desconocidas o que son ofensivos
— Las buenas y las malas experiencias con Internet

¿Y donde está este equilibrio?

¿Por qué nuestros hijos están encadenados a las redes sociales? Porque no saben de otras oportunidades, nacieron como parte de la “generación milenio” y tienen como costumbre, en su juventud, pasar tiempo con los dispositivos más que con sus compañeros y amigos reales. Entonces, es un gran reto, un desafío, un problema y además una responsabilidad para los padres enseñar a sus hijos donde está la vida real (VCR) y dónde está la vida virtual (VCV). Cuál es la diferencia y dónde están los valores reales. Los padres tienen que buscar su propio equilibrio para enseñar a sus hijos de los dos realidades VCR y VCV. Tenemos que mostrar la información y los ejemplos de VCR y, además, a través a las TIC y de la comunicación y la educación enseñar a nuestros niños los valores dela vida real.

Es un gran reto, un desafío, un problema y una responsabilidad para los padres enseñar a sus hijos donde está la vida real (VCR) y dónde la vida virtual (VCV)

En resumen, algunas de las ideas que no podemos olvidar y debemos tener en cuenta a la hora de educar a los más pequeños en el mundo en el que vivimos son las siguientes:

1.    No podemos vivir sin TIC – es evidente
2.    No podemos volver a pasado – es obvio
3.    Tenemos que buscar un equilibrio entre VCR y VCV
4.    Tenemos que buscar, encontrar y seleccionar las soluciones para intentar a resolver los retos, desafíos y problemas

Por todo ello, me parece necesario iniciar discusiones sobre temas como la cultura de la comunicación con las TIC, Internet y los adolescentes (riesgos y beneficio real) o la comunicación real versus la comunicación virtual (dónde está la línea divisoria). Tenemos que aprender cómo podemos manejar la VCR y la VCV. No atender de forma urgente la realidad de nuestros niños frente a la tecnología sería tan arriesgado como bajar en coche a máxima velocidad por la carretera en una montaña llena de curvas. Si se pierde el control del coche por un momento, el final puede ser fatal.

Para evitar esta situación y encontrar equilibrio hay que enfocarnos a la información sobre posibilidades y oportunidades que nos dan la comunicación y la educación a partir de nuevas tendencias, herramientas, plataformas, recursos y fuentes. Debemos explorar como podemos a través de ellos sacar a nuestros hijos de la adición a las redes sociales, destruir o por lo menos bajar de nivel de influencia de cadenas desagradables de la red. 


Por otro lado, ayudar a abrirles otro mundo de las tecnologías. Más práctico, más real, con el trabajo en grupos, proyectos colaborativos. Tecnologías que pueden apoyar a crecer y a superarse, sin degradar y disminuir las posibilidades e intelectualidad de la humanidad en general. ¡Buscaremos, encontraremos, realizaremos y salvaremos nuestra generación joven, nuestro futuro!


Comentario:
Autor: Pedro Nicolás Aldana Afanador 
Correo electrónico: 
yo.fraternico@gmail.com
URL: 
http://fraternico.wixsite.com/fraternico

Dentro del artículo encuentro un apriori que no es totalmente abordado pero queda como un supuesto abierto y que puede ser trabajo para complementar el texto. A la pregunta: "Cómo desencadenar a los niños?" Creo que le antecede la pregunta: Cómo los niños llegan a ser "encadenados"? Y creo que la discusión propuesta y lo provocador del escrito, puede llevarnos a preguntar por la educación familiar en materia TIC puesto que en la realidad vemos que el contacto con estos medios por parte de los niños responden normalmente a ub salvavidas para los padres descansar, despreocuparse o buscar un momento de calma entre el llanto de sus hijos. Es decir, sabiendo que la familia es la principal responsable de la educación de sus hijos, cuánto tiempo le dedican a la formación TIC en casa por ejemplo, o valen todas las preguntas y las conjeturas propuestas aquí para llevarlas a cuestionar dentro de nuestros hogares. Sería un buen estudio el que se podría elaborar desde lo presentado.

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